Llega a Buenos Aires el Festival Cuadernos Hispanoamericanos
Hasta el viernes, en cuatro sedes, contará con escritores de España, países de América Latina y Argentina; “incluso un libro sin posición política de algún modo la tiene”, dice Javier Serena, organizador del encuentro
on entrada libre y gratuita, se realiza esta semana en tres sedes de la ciudad de Buenos Aires el Festival Cuadernos Hispanoamericanos, en el que varios autores de América Latina y España se interrogarán sobre el estado de la literatura en español y su futuro. La inauguración tendrá lugar este martes, a las 17, en la Biblioteca Ricardo Güiraldes, con palabras del escritor español Javier Serena, organizador del encuentro que cuenta con el auspicio de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) a través del Centro Cultural de España en Buenos Aires (Cceba), y el apoyo de la Dirección General de Promoción del Libro, Bibliotecas y la Cultura, del Ministerio de Cultura porteño, y la librería Mandrágora.

Participan invitados extranjeros (algunos residentes en la Argentina), como los colombianos Juan Cárdenas y Margarita García Robayo, las chilenas Alejandra Moffat y Cynthia Rimsky, los mexicanos Emiliano Monge, Daniela Tarazona y Julián Herbet (que musicalizará la fiesta de cierre, el viernes, a las 21), los españoles Ben Clark, Aroa Moreno, Miguel Ángel Hernández y la ecuatoriana Mónica Ojeda. De la Argentina confirmaron su presencia Selva Almada, Mariano Blatt, María Sonia Cristoff, Camila Fabbri, Mercedes Halfon, Nicolás Hochman, Roque Larraquy, Pablo Katchadjian, Mauro Libertella, Clara Muschietti, Ana Negri, Romina Paula, Paula Peyseré, Malena Rey, Hernán Ronsino y Valeria Tentoni.
Locales y visitantes participarán de mesas de debate y charlas (dos por día, a las 18 y a las 19.30, excepto el 31) y un recital de poesía (que se hará el jueves a las 18), en las bibliotecas Ricardo Güiraldes (Talcahuano 1261) y Evaristo Carriego (Honduras 3784), la sede del Cceba (Paraná 1159) y la librería Mandrágora (Vera 1069).
Cuadernos Hispanoamericanos es una revista española, fundada en 1948. “Desde su origen tuvo una voluntad de tratar la literatura de todos los países de habla española con la misma atención, evitando los nacionalismos literarios -dice Serena a LA NACION-. Más que actuar como promotora de la literatura latinoamericana en España o Europa, fue un espacio por donde entró algo de aire fresco en la España de la época, en los años 50 y 60, muy cerrada culturalmente. Por suerte, la circulación y el conocimiento entre todas las literaturas escritas en español se ha intensificado, y ahora trata de ser un espacio donde intentamos trabajar sin pensar en el origen nacional de cada autor o cada autora, y sin los ritmos ni las tendencias predominantes en los mercados, atendiendo al interés y la calidad literaria de las propuestas”.
La revista -que se sitúa “entre lo periodístico y lo académico”, dice Serena- es mensual, se puede comprar en papel y está disponible para leer online, en forma gratuita. Las portadas se caracterizan por retratos fotográficos en primer plano de un escritor o una escritora.
“Las revistas literarias funcionaban en muchos casos como respaldo de algunos movimientos de vanguardia literaria -indica Serena-. Hay una serie de editores, de autores, de autoras, de lectores y lectoras, que se han ido acercando a la revista y generando esa comunidad. Por eso, reunir a varias de las personas que participan en la revista, y debatir en vivo los mismos asuntos que hemos comentado en los artículos, supone una extensión natural del trabajo de la revista”.
“La función de una revista como la nuestra, que trata de abarcar el espacio inmenso de la creación en lengua española, es, más que ordenar este panorama, contribuir a desordenarlo un poco más: proponerse como un lugar para el debate, para la crítica, para el análisis, para la recomendación también de lo valioso que nos haya pasado por alto. Y eso parte de una aproximación a la lectura no con la voluntad de construir un canon ni nada parecido, sino de proponer libros o ideas que sean realmente estimulantes”, señala Serena, novelista nacido en Pamplona en 1982.
Las anteriores ediciones del festival se hicieron en Santiago de Chile y Ciudad de México. “Por la importancia de la literatura argentina, porque muchos colaboradores son argentinos, porque hay un momento con propuestas literarias realmente interesantes, Buenos Aires era un lugar en el que debíamos hacer este festival”, destaca el director de Cuadernos Hispanoamericanos, que en su gestión ha dedicado más diez tapas a autores locales. “Seguramente es el país que ha tenido más espacio en la revista por su tradición y su presente, que es uno de los que más interés genera entre los lectores”, revela.
Serena encuentra un denominador común en Hispanoamérica. “Las editoriales independientes han contribuido a la aparición de cantidad de voces que han enriquecido mucho el panorama -afirma-. La variedad de las propuestas es mucho mayor ahora, y el acceso a la publicación también. Y junto al trabajo de estas editoriales, el de algunas ferias y festivales, probablemente gracias al contacto que hay ahora por las redes, o al desplazamiento geográfico de muchos autores y autoras, ha aumentado el encuentro y el conocimiento. No sé si se puede hablar de una literatura en español, pero sí hay, desde luego, una curiosidad muy grande, y ese espacio bastante desordenado, sin un centro claro, creativamente es muy valioso”.
La mitad de los invitados al festival publica en grandes grupos editoriales. Colaboraron, fueron tapa de algún número de la revista o sus libros fueron comentados en ella. Se procuró que hubiera variedad de perfiles y nacionalidades.
Para el director de Cuadernos Hispanoamericanos, la situación actual de polarización política afecta a la literatura. “Pero quizás el tratamiento no sea tan directo como el de los medios de comunicación; digamos que la política está dentro, empapando los discursos literarios, lo quiera o no, pues incluso un libro sin posición política de algún modo la tiene -dice-. En la revista hemos dedicado dosieres a la cuestión medioambiental, a las relaciones entre literatura y trabajo, al tratamiento de la memoria colectiva en la literatura, o las relaciones entre el poder y la literatura. Me parecen buenos ejemplos de cómo la política es tratada en la literatura: seguramente con fórmulas menos directas y de actualidad que en los medios de comunicación, pero también impregnada de las preocupaciones de una época”.
La ecuatoriana Mónica Ojeda participará de dos mesas en el festival. “La primera se llama ‘Literatura a la contra’ [con Juan Cárdenas, Miguel Ángel Hernández, Aroa Moreno y Daniela Tarazona, en el Cceba, el martes, a las 19.30] y va sobre contradiscursos en la escritura, sobre la disidencia no solo en los asuntos que se trabajan en los libros, sino también en la mirada y en la lengua -cuenta-. La segunda se llama ‘Literatura desde los márgenes’ [con Cynthia Rimsky, Cárdenas, Tarazona y Nicolás Hochman, en la Biblioteca Ricardo Güiraldes, el viernes a las 18], y va sobre los desvíos y el acto de escribir desafiando algunos o todos los valores de la centralidad”.
“No sé cuál es el lugar de la literatura ni su futuro, ni quiero ser quien lo dicte -responde-. Lo que sí puedo decir es que a mí me gusta que la literatura sea revoltosa y desubicada: que sea un espacio de imaginación crítica y en movimiento. La literatura que me interesa es así. Y resiste de ese modo”.
La programación completa del festival se puede consultar en este enlace.