La feria de Chaco, la celebración mágica del arte
La quinta edición de a.362 realizada en Resistencia el fin de semana pasado, elevó su calidad expositiva con mayor cantidad de participación joven y una fuerte presencia de obras textiles
Ni bien se ingresaba al Club Social Resistencia, casa de la feria chaqueña de arte a.362, una enorme instalación tomaba el espacio, un mundo de palabras que transportaban a imaginarios exóticos más allá de Occidente, pero que resguardaba las “palabras de un diccionario del habla diaria de los argentinos”.
Realizada calando tapizmel yfriselina, el sitio específico cubría pisos y paredes, a partir de la conexión estableciendo un vínculo entre el lenguaje cotidiano y el espacio poético. Portal, obra de Pablo Lehmann,planteaba desde el vamos que aquellos que se vería luego, como en una ensoñación, nos transportaría por los imaginarios de la magia, la mística y la celebración, ejes del evento.
Y es que en el jardín de las esculturas de la República, se vivió una quinta edición de un evento enriquecido por nuevas miradas y que, con respecto a años anteriores, elevó su calidad expositiva, corriéndose cada vez más hacia lo contemporáneo, y que al mismo tiempo, funciona como usina para nuevos creadores.
La feria se realizó en el Club Social Resistencia durante tres días
La edición 2025, a la que acudieron más de 10.000 asistentes durante las tres jornadas, se distinguió por la introducción de ejes temáticos, una decisión que es más propia de las bienales que de las ferias y que generó un unidad bastante interesante, aún en la diferencia. “El hecho de tener la consigna ‘Magia, Mística y Celebración’ le dio un marco a los artistas para tener una especie de brújula o faro”, afirmó el curador Daniel Fischer, en diálogo con Infobae Cultura.
La propuesta temática, más reuniones virtuales con cada espacio en los meses previos, generó que muchos de los galeristas y artistas abordaran el desafío generando, en muchos casos, obra nueva, en vez de proponer piezas ya realizadas que abordaran el concepto de manera lateral.
“Cuando presentamos la propuesta, nos pidieron una extensión del plazo de convocatoria para poder desarrollar obras específicamente alineadas con la temática”, dijo.Más de 10.000 asistentes participaron del encuentro
En ese sentido, la feria lejos de repetirse contó con nuevos proyectos, algunos incluso surgidos pocos meses atrás como Estigia y dio lugar a galerías que hasta ahora nunca habían participado, como la tucumana Maleza, la bonaerense Lapontiana y la porteña Amorada, que además tuvo su debut total en una feria y se quedó con el premio In Situ a al mejor proyecto expositivo.
Una de las claves, sostuvo Fischer, para que se produzca una oxigenación de espacios (y propuestas) fue que se repitió el jurado del año anterior, integrado por Matilde Marín, Rodrigo Alonso, Charly Herrera y Laura San Martín: “El mismo jurado, ya teniendo una experiencia previa del territorio y sus características, ayudó a evaluar con mayor profundidad los proyectos y poder ver con claridad las propuestas que se repetían de aquellas que buscaban innovar”.
La feria, que contó con 30 espacios, de los cuales 15 fueron proyectos, posee claramente un espíritu de formativo y busca fomentar la profesionalización para los artistas de la región y por eso durante los días previos se articularon diferentes actividades académicas.Del espacio «Mística de lo sagrado»
Entre ellos, en Mística de lo sagrado se pudo apreciar una colaboración entre los correntinos Juan Pablo Arias y Gustavo Mendoza en esculturas -en cerámica y plástico- a dos manos, además de obras de ellos mismos, así como pinturas de Cristian Badaró.
En Proyecto Umbral, de Resistencia, ganadores del Premio Umberto Andreani, se podía visitar una colectiva con preeminencia de la cerámica: las originales piezas sonoras “que simulan un lamento” de Miguel Ruiz Ginard, junto a unas esculturas geométricas de Darian Lubée que apelaban “a la experiencia táctil para romper el paradigma de que el arte no puede ser tocado”, los “fragmentos de un cuerpo de pesadillas” de Natalia Carrió y los objetos portables de Camila Azula, mientras que Eduardo Del Balzo se presentó con tres vestidos bordados a mano intervenidos.Espacio de «Estigia» se armó para la feria
En el caso de Estigia, por ejemplo, la fotógrafa Magalí Forte comentó que “todo se armó en pocos meses” a partir de reunir las voluntades de cuatro artistas amigos que deseaban mostrar su trabajo que además de fotos incluía diseños de indumentaria de Fabrizio Deetz y Matias Martin y dibujos de Anna Silvesttri, inspirados todos a partir de la historia de Erzsébet Báthory, la condesa sangrienta.
Otra de las características más notorias de a.362 fue la preeminencia de piezas de lenguaje textil, con abordajes muy amplios además, que ingresaban en cuestiones como la violencia rural contra la mujer, en las manos de María Eugenia Bargero (Lapontiana) a partir de la recuperación de textiles en desuso y elementos orgánicos que documentan la vida cotidiana o Maria Rosa Mamana (Maleza), quien intervino las camisas que su hijo dejó al irse del país en las que plasmó “un viaje interno a partir de imágenes geográficas”.En «Lapontiana», de Villa General Villegas, se reunió obra textil de Romina Bassi, Mariana Szulman, Javier Fernández y María Eugenia Bargero
“Hay una impronta muy fuerte de lo textil. Lo interesante es que permite a los artistas y al público encontrarse con el lenguaje, saber qué es lo que se está haciendo, pero también desde una calidad muy alta”, dijo Fischer.
Desde otro lugar, Elena García (Galerías Bonaerense – Cresteo), quien recupera bolsas plásticas y genera paisajes serranos tras un proceso de termofusión; el misionero Sebastián Báez, quien crea sus “propias historas que reúne la mitología griega con los relatos de la selva” que escuchó de niño a partir del trabajo con xilografía con bordado o intervención con ñandutí antiguo: Joaquin Gonzalez Bonorino, que lleva al bordado sobre base de arpillera y lana animales amenzados en piezas con un espíritu de art deco y art nouveau (ambos de Amorada) o la sutileza de Maximiliano Venturini (Moiras) que con tul y lana llevó unas esculturas blandas centradas en objetos cotidianos blancos “anclados en la memoria, que aparecen y desaparecen”.Obras de Maximiliano Venturini en Moiras
Cuando se ingresaba, a la derecha, Blas Aparecido plasmó en toda una sala “Bailable Antonio Gil y los gauchos rebeldes”, con curaduría de Cecila Rabossi, una especie de santuario con múltiples referencias regionales para la que convocó a direntes artistas en un trabajo colaborativo bajo una intensa luz roja.
A la izquierda, se reunían obras de 21 artistas correntinos, que formaron parte de Hechizo natal, libro de imágenes y entrevistas de Fernanda Toccalino y Carlos Lezcano presentado en la feria, del que forman parte, entre otros, Aparecido, Badaró, Lorenzo González, Josefina Madariaga, Mili Montejo Echeverría, Claudio Ojeda, César Pereyra, Andrés Romero Von Zeschau y Alberto Ybarra.Blas Aparecido plasmó en toda una sala “Bailable Antonio Gil y los gauchos rebeldes”
En el ámbito de las publicaciones, se presentó también por primera vez Una casa. La Casa, que reúne obra de 120 artistas de 14 provincias de la colección de Abel Guaglianone y Joaquín Rodríguez, que participaron de una muestra en la Casa del Bicentenario.
Entre las galerías, la correntina El Vivero propuso un espacio donde la magia urbana y la reinterpretación de lo sagrado se entrelazaron en las obras en estilográfica de Leo Guardinelli, el collage y el diseño gráfico, con afiches que combinan poesía popular y estética publicitaria de Emme Canteros, baldosas y telas deshechadas intervenidas por Ququ Angel y las pinturas de la paraguaya Cecilia Avatí, en las que escenas rituales y la danza se cruzan con lo místico generando escenas surreales.Stand de «El Vivero»
“Le pusimos al proyecto ‘La ciudad es mi templo’, porque hay una constante referencia al vivir dentro de entornos urbanos que, en el relato hegemónico, suelen asociarse a la superstición y la religiosidad con lo campesino, con la idea del campo. Y en realidad nosotros trabajamos a cómo los artistas contemporáneos rescatan el pensamiento mágico dentro de la ciudad”, explicó Guardianelli.
En la local Garra, el director Federico Fischer -ganador del In Situ a artistas- se presentó con tres esculturas propias realizadas con materiales orgánicos y elementos de peluqería, su otra profesión; unos dibujo de “terror tierno” de Paula Bakun y una reversión celebratoria del martirio de San Sebastián de Guillermo Pedersen.Galería Chorizo propuso en stand vacío, en el que los visitantes podían hacer su propia propuesta curatorial
Dos espacios que tuvieron propuestas participativas fueron Chorizo y Coven. En el caso de la primera, presentaron un stand vacío, con las obras de sus artistas apiladas contra una pared, en una invitación a los visitantes a ser curadores y colgar las piezas según su gusto, generando así una muestra que mutaba de manera constante.
El quinteto femenino detrás de Coven, por su parte, dispuso pocos objetos en el espacio, para dar lugar a una puesta colectiva que invitaba a canalizar el sufrimiento a través de una propuesta artística, para la que se construyó un portal en el stand.Desde «Coven» se propuso un umbral y activaciones que involucraron a 17 artistas mujeres de diferentes disciplinas
Así, el concepto de “cruzar el umbral” se convirtió en el eje simbólico de una iniciativa que además contó con diferentes actividades para cada día, desde una mesa para realizar tatuajes, una performance en pole dance y una presentaciones de baile.
Consultado sobre la diversidad de propuesta, Fischer destacó el rol de la Universidad Nacional del Litoral como motor: “Acá hay una facultad de artes combinadas, que está apoyando a esos proyectos, y creo que eso también hizo que haya mucha gente joven proponiéndose a agrupar para poder pensar estas temáticas”.En «Maleza» se podía ver obra de los tucumanos Eugenia Correa, Emiliano D’Amato Mateo, Lucas Rizo, María Rosa Mamana y Nelson Velardez Lai
La universidad, según el curador, aporta una perspectiva académica sobre temas como la magia y el misterio, que son propios del territorio y se abordan como problemáticas específicas en los gabinetes de estudio.
Además, la articulación con instituciones como PROA y la realización de cuatro seminarios acreditados por la universidad aportaron una dimensión académica y teórica al evento,de los que participaron la Academia de Arquitectura y Urbanismo, la Academia Nacional de Bellas Artes y la DINA (Diseñadores Nacionales Asociados), y abordaron temas como la cartografía, el arte sensible y el diseño.Cynthia Kampelmacher, Joaquín González Bonorino, Natalia Martínez y Sebastián Báez en galería «Amorada», ganadora del premio In Situ
En el patio del Club se realizaron durante las tres jornadas diferentes eventos músicales y también se podían observar, en unos cubículos vidriados para proteger de las inclemencias climáticas, piezas que formaron parte de la muestra itinerante Tesoros del Gran Chaco: de textiles, cerámicas, cesterías, instrumentos musicales y el uso de IA que otorgaban un panorama del arte de los pueblos originarios, como técnicas tradicionales de esta región del país en diálogo con lo contemporáneo.
Con respecto al resto de los los galardones fueron para la Galería Carmen Tenerani, de Resistencia, Chaco (Premio Adquisición Massin Outdoor) y la obra “Caballito Lunar” de Rossana Rinaldi del Colectivo Trashumante (Premio Adquisición Qubo Ambiente).La feria tuvo además actividades musicales en el patio
La feria a.362 es organizada desde la comisión del Club Social Resistencia, con el apoyo del Instituto de Cultura del Chaco y la colaboración de instituciones como la Facultad de Arte, Diseño y Ciencias de la Cultura (FADYCC), la Academia Nacional de Bellas Artes, la Academia Nacional de Arquitectura y Urbanismo y DINA, Diseñadores Argentinos Asociados. Además, la programación se enriquece mediante acciones coordinadas con la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), la Fundación Fortabat, la Fundación Proa y otras entidades.
El equipo de Producción está integrado por Silvia Tissenbaun, Fabiana Larrea, Fabian Giraudo, Angela Ayala y un numerosos grupo de especialistas, amigos y colaboradores que aportan, todos ad honorem, su granito de arena, buscando y llevando invitados, galeristas, y armando recorridos a lo largo de la ciudad.