miércoles, abril 30, 2025
DiálogosEntrevistas

Ferrari x/infinito: fotocopias del exilio paulista

Con obras y documentos, una muestra en el parque de la memoria sigue la pista del tiempo que León Ferrari pasó en Brasil.Empeñado en vivir del arte, desarrolló allí nuevas técnicas y también ideas.

«Cuando pretendés decir algo que sea en cierto modo combativo tenés que inventar una nueva forma para que eso llegue”, explicaba León Ferrari, en 2002. El enunciado sintetiza su constante impulso experimental mediante el cual se adentró, una y otra vez, en nuevas técnicas, materialidades y disciplinas a lo largo de su gran trayectoria artística.

En ese entonces, habían pasado once años desde su regreso a la Argentina, luego de un exilio forzoso a partir de octubre de 1976, como consecuencia de las amenazas a su familia por parte de la última dictadura militar. Atravesado por el dolor de partir y por el aún más doloroso acontecimiento, meses después, de la desaparición de su hijo Ariel (quien había decidido quedarse en el país), encontró en Brasil un ámbito propicio para seguir creando (a pesar de la dictadura en el territorio vecino).Planta, 1980. Copia heliográfica. 100 x 100 cm.Planta, 1980. Copia heliográfica. 100 x 100 cm.

Fotografías, obras, cartas, entrevistas, catálogos conforman en el Parque de la Memoria la exposición León Ferrari. Brasil 1976-1991, que permiten seguir los pasos del artista durante el exilio. Una línea de tiempo al ingresar sitúa los acontecimientos de esos 15 años. En todo momento se puede advertir la dinámica que entrelaza por igual arte y vida. Se suceden así la producción y experimentación artística con exposiciones en importantes instituciones y la búsqueda, y las gestiones por la desaparición forzada de su hijo Ariel. Ferrari (Buenos Aires, 1920-2013) siempre estuvo comprometido con la sociedad de su tiempo, la historia, los derechos humanos.

Experimentación y reproducción

“Los materiales y soportes se continúan y a la vez se modifican en su etapa paulista. La decisión de vivir del arte, algo que aparece mencionado en algunas de las cartas que forman parte de la exposición, hace que vuelva a materiales y técnicas que había abandonado, como la soldadura para la creación de grandes esculturas con distintos metales. También continúa realizando dibujos con tintas, lápices, pasteles, etc.”, contó a Ñ Andrea Wain, curadora de la exposición.Brasil Já!, 1984. Tinta sobre papel. 21,5 x 33 cm. Brasil Já!, 1984. Tinta sobre papel. 21,5 x 33 cm.

En San Pablo, Ferrari incursionó en técnicas que permitían la reproducción de la imagen: xerocopias, heliografías, grabados, arte postal. Libertad creativa y contacto con importantes artistas de la escena paulista vinculados a prácticas no convencionales le permitieron rápidamente hacerse un lugar en aquel país. Para aprender grabado buscó a la artista y docente brasilera Regina Silveira, quien cuenta, en una entrevista realizada por Andrés Duprat presente en la exposición, acerca del “espíritu mágico y joven” de Ferrari (tenía 56 años cuando se exilió) y su curiosidad. “Trajo un día una fotocopia de mucha calidad y, enseguida, todos se entusiasmaron. La idea era la democratización de la imagen, la circulación”, relata Silveira, una de las protagonistas de la vertiente experimental e interdisciplinaria de la época. De hecho, el artista ideó para sus trabajos vinculados a la reproducción la fórmula x/infinito, aludiendo a que no se conoce el número de copia ni cuándo va a terminar la serie.

En 1978, Ferrari comenzó a trabajar con varas de acero para la realización de sus primeras esculturas sonoras. Ese año llevó a cabo la muestra individual León Ferrari: Esculturas, grabados y diseños en la Pinacoteca de San Pablo. En Brasil nacieron las esculturas para ser tocadas con una dimensión performática y lúdica, posibles de ser ejecutadas tanto por el artista como por el público. En el exterior del Parque de la Memoria se encuentra de manera permanente una de estas impactantes esculturas.Sin título, 1976. Lápiz y pastel al óleo sobre papel. Sin título, 1976. Lápiz y pastel al óleo sobre papel.

Poco después aparecieron las obras con Letraset, sellos, dibujos y las heliografías. En estas últimas, como puede verse en la muestra, se combina la idea de plano arquitectónico con cierta dinámica de una gran ciudad (como en la que vivía en Brasil) con calles y seres (todos iguales) yendo y viniendo quién sabe de y hacia dónde. Un motivo, el de la cama, se vuelve omnipresente. “Me impresiona mucho la ciudad y pensaba hacer una ciudad donde pasaban cosas. Muchos episodios de camas, por ejemplo. Ese lugar tan especial”, donde incluso se muere, decía en una entrevista.

Ariel

Luego del golpe de Estado del 24 de marzo, León Ferrari comenzó a recortar artículos de la prensa gráfica oficial de la Argentina. El material formaría parte, años después, de la serie de collages Nosotros no sabíamos. También en la exposición hay xerocopias, varias con textos “ininteligibles” (que, a su vez, dicen tanto) con Letraset. La escritura fue un tópico destacado en su obra desde la célebre serie Cartas a un general, a partir de 1963.

En marzo de 1982 viajó por primera vez a Buenos Aires desde su partida al exilio para ponerse en contacto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y gestionar los recursos de hábeas corpus por la desaparición de Ariel y de su pareja, Liliana. En febrero de 1977, la familia Ferrari había recibido la última carta de Ariel (el hijo menor de los tres que tuvo con su esposa Alicia). Luego se enterarían de que, en ese mismo mes, el joven había sido asesinado en un enfrentamiento comandado por Alfredo Astiz.Código, 1979. Collage y tinta china sobre papel. 33 x 21,5 cmCódigo, 1979. Collage y tinta china sobre papel. 33 x 21,5 cm

En la exposición hay un conmovedor y pequeño apartado dedicado al vínculo del artista con su hijo, con material inédito hasta el momento en la Argentina, que sí pudo verse en la exposición antológica de Ferrari en el Museo Reina Sofía de España, en el Centro Pompidou de París y en el Van Abbemuseum de Holanda a principios de esta década.

“La expansión de los materiales no artísticos, como pueden ser los excrementos, lo veremos de muchas maneras a partir de aquellos años paulistas: cotillones, juguetes, poliuretanos; todo puede ser material para hacer obras”, precisa Wain. En 1988 presentó por primera vez, en el Museo de Arte Moderno de San Pablo, una jaula con aves que defecaban sobre una reproducción de la obra Juicio final, de Miguel Ángel, con la que inició su serie de obras con excrementos.

“Las experiencias sobre técnicas te dan ideas para cambiar la forma de decir las cosas”, repite. En su extenso y prolífico paso forzado por Brasil así lo hizo, lo demostró, lo compartió. Continuando un camino que se prolongaría, afortunadamente, muchos años más.

  • León Ferrari. Brasil 1976-1991
  • Lugar: Sala PAyS. Parque de la Memoria. Av. Costanera 6745.
  • Horario: mar. a vie. de 11 a 17; sáb., dom. y feriados de 11 a 18.
  • Fecha: hasta el 6 de abril
  • Entrada: libre y gratuita

Fuente: https://www.clarin.com/revista-n/ferrari-xinfinito-fotocopias-exilio-paulista_0_o6yJt3bRe9.html

Responsabilidad Cultural